22 de septiembre de 2014

MI AGOTADORA PRIMERA VEZ... EN LONDRES

¡Por fin llegó el día! Ya habían pasado 21 días, 21 interminables días desde que mi novia tuvo que viajar hasta Inglaterra, separándonos por miles de kilómetros. Puede que 21 días no parezcan demasiados, posiblemente alguno de ustedes haya pasado más sin ver a sus parejas, pero después de pasar prácticamente 8 meses sin separarnos, con un cáncer con internamiento hospitalario y operación de por medio, separarnos fue especialmente duro.

Ayer por fin nos reencontramos, no pudo ser en un lugar más especial, Londres. 

El reencuentro fue muy bonito pero no lo voy a comentar aquí porque me lo quedo para mí, lo siento. Una vez acabado el reencuentro fuimos a cambiar mis euros, donde esa cantidad tan generosa de dinero se convirtió en una birria en libras esterlinas. Después de eso nos tomamos un café y unos bollos en el "Pret a Manger", que ya es curioso que vaya a Londres y desayune donde lo hago casi todos los días, pero era el que estaba más cerca y mi novia no tiene uno cerca. Ya con energías fuimos al Argos a comprarnos una cámara para estos viajes. Para llegar al Argos nos perdimos varias veces, gracias a las increíbles indicaciones de los hindúes de los puestos callejeros, hasta que al final uno nos enseñó un mapa y resultó ser donde nos habíamos tomado el café, ¡vaya pérdida de tiempo!. Cuando por fin llegamos al Argos nos pensábamos que nos habíamos equivocado, solo había unas mesas con iPads y las cajas registradoras al fondo, habíamos dado tantas vueltas para nada. Pero no era así, resulta que en esa tienda no tienes que ir pasillo por pasillo buscando lo que buscas, simplemente vas a uno de los iPads y buscas los que quieras, lo eliges, lo añades al carrito, introduces una palabra clave y vas a la caja donde dices la palabra clave y en unos segundos tienen tu pedido, lo pagas y te lo llevas. Argos 2-0 MediaMarkt.


Tras comprarnos la cámara fuimos al Big Ben, no sin antes tener que caminar un laaargo trecho porque la vía de metro que separaba el Argos de Westminster estaba cerrada. Lo primero que tengo que decir es lo que impresiona el London Eye, sabía que era grande pero no podía imaginar que tanto. El Big Ben es precioso, supongo que la mayoría de los que leerán esto ya habrán estado, así que saben de lo que hablo, los que no os puedo decir que es como en las fotos pero a escala real, tampoco os esperéis que tenga cohetes o las gárgolas bailen, es como en las fotos pero en directo. Tras sacar 200 fotos en Westminster, fuimos paseando al Buckingham Palace. El camino que separa ambos sitios es muy bonito, todo verde y lleno de ardillas, lagos con patos y flores preciosas por todos los lados. Una vez allí nos sacamos las fotos de rigor y vimos a los famosos soldados de la Guardia Real.


Ya habíamos visto los dos sitios más típicos de Londres, ahora tocaba Camden. Aquí tengo que hacer un inciso, sé que Camden es una capital de la moda alternativa, y es un sitio famoso donde a mucha gente le gustaría ir, yo no lo entenderé jamás. Lo que yo vi allí fue un maldito mercadillo de subproductos de imitación al más puro estilo del mercadillo de mi barrio, pero en vez de haber familias y niños, había una especie de seres extraños dignos del Puerto de Las Palmas un miércoles a las 2 de la mañana, lo peor de cada casa mezclado, en demasiado poco espacio, con turistas emocionados. Ese extraño, apestoso e incómodo ambiente mezclado con mi cansancio hace que hoy pueda decir que es muy probable que no vuelva a pisar Camden, al menos no en fin de semana. Allí comimos en un KFC, que posiblemente tuviera la comida más sana de la zona, que ya es decir.

Camden Town

Luego huímos de Camden, teniendo que caminar otra vez un larguísimo camino porque ¡oh, sorpresa! la estación estaba cerrada otra vez, varios cambios de metro después, llegamos al Tower Bridge, por fin había vuelto a Londres. Después de un día de caminatas, sentarnos allí al lado de ese majestuoso puente, con nuestros carísimos cafés de Starbucks (que aún me duele el bolsillo de pagar por eso), fue lo más bonito y relajante del día, por fin tenía un ratito para estar de verdad con mi novia y relajarme, valió la pena la caminata...

Tower Bridge

Pasaron las horas y llegó el momento de despedirnos, fuimos juntos hasta una estación de metro donde pudiéramos ir cada uno a nuestra estación de tren y nos despedimos, esta parte también me la reservo. Ya con energías recargadas nos fuimos cada uno a nuestra casa. Comienza la semana, solo 5 días para vernos otra vez.

Me está gustando esto de ser Au Pair...

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3 comentarios:

  1. Para mí siempre son agotadoras, y con respecto a lo demás no tengo nada más que añadir :)

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  2. jaja las primeras visitas a londres son agotadoras porque se quiere ver mucho. y por encima si el metro no va, cosa que no es rara en finde mas divertido.
    disfruta de la semana

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